EL COLLAR DEL DESEO: tatuarse el viento

Ana Laura Barriendos me escribe, como en una adivinanza: "Tengo un tatuaje que seguro reconocerás". Inmediatamente pienso en las caligrafías de Hassan Massoudy que habitan los libros del deseo en Mogador. Tal vez no hay otras que yo pudiera reconocer tan fácilmente como ella lo promete. En dos notas anteriores, Tatuarse es hacer un collage con el cuerpo, y La vida y la obra como una sola caligrafía, comento esta sorpresiva aparición de las caligrafías de mis libros sobre la piel y muestro algunas de las más bellas imágenes que me han llegado.
Después de eso, mi amigo el calígrafo Massoudy se asombró de que sean tantos los cuerpos de mujeres bellas que en México y en otros países llevan tatuada su obra. Tantas las mujeres que han decidido publicar íntimamente sus caligrafías en sus cuerpos. "Si esto sigue así llegará un momento, me dice en broma Hassan, en que habrá más obra mía sobre la piel de las lectoras de Mogador que sobre papel".
Llega la imagen, llena de belleza y misterio: Ana Laura de espaldas, la mano en el marco de la puerta y, sobre el cuello su tatuaje que danza.
Lleva el pelo recogido y gira levemente para que se vea mejor su nuca escrita. No se ven sus ojos pero una larga pestaña, como inicio de una caligrafía en el aire, deja suponer que mira su mano. Se adivina, una leve sonrisa. Se ve cómo, muy cerca de los hilos de tinta, nacen los cabellos en la nuca dibujando esa otra caligrafía que se peina, que el viento mece, que se acaricia.
Un rayo de sol decidido, con su mano luminosa, toca el hombro izquierdo y se adentra apenas en la espalda. El tatuaje, al centro, parece escurrirse un poco hacia abajo, dejándose llevar por la gravedad hacia la columna vertebral de Ana Laura. Su espalda, bellamente formada, anuncia un canal perfecto. Si la tinta se escurriera de verdad, una gota llegaría sin duda al final de la espalda, al arranque de la hendidura de su nalgas.
La caligrafía que ella ha decidido ponerse en la piel salió de mi novela En los labios del agua. Casi al principio, el personaje principal que es un calígrafo se da cuenta de que el mar, el viento y todo lo que él siente, se mete en sus trazos. Y al escribir cualquier palabra el dibujo de sus letras se llena de significados imprevistos. La palabra mujer ondula como las caricias que ha dejado en su amante. Pierde el control total de sus líneas. El deseo y el amor lo trastornan. Pero el resultado, tal vez por eso, es más contundente.
Esa palabra, mujer, alterada en la mano del amante, fue dibujada originalmente por Massoudy para un poema de Gibrán Jalil Gibrán. Él me permitió ponerla en este nuevo contexto donde el control de la mano y el deseo se vuelven explosivos, donde el oficio se transforma y se mejora por las conmociones más íntimas e intensas de la vida: las del amor deseante. La forma del arabesco, en la caligrafía, con frecuencia dice más que el significado directo de las palabras dibujadas. Esta palabra diría tal vez: "mujer deseada y deseante" "Mujer que danza la música del deseo". Y por eso la seleccioné entre muchas. En el poema de Gibrán, el amante previene:

"No olvides que iré hacia ti.
Un instante y mi deseo parecerá polvo
y espuma sobre un cuerpo.
Otro instante, en el reposo del viento,
y una mujer me llevará sobre ella.
Y apenas ayer nos conocimos
en un sueño."

Al enviarme su imagen Ana Laura me dice: "Quise llevar conmigo el recuerdo de lo que tu libro me hizo sentir. Y ahora, a través de fotografías, lo comparto con un amante que se encuentra lejos, con la esperanza de que recuerde cuando me abrazaba por la espalda para olerme el cuello y mirarlo de cerca. Aunque yo lo llevo puesto, de alguna forma siento que es tan tuyo como mío."
Le pido permiso para ponerlo en mi blog, le pregunto si tiene más tatuajes en el cuerpo y le pido que me cuente con más detalle sus historias de deseo alrededor de este tatuaje.
Ana Laura responde: "Qué alegría que te guste. Como es nuestro puedes ponerlo con esas hermosas fotos tatuadas de tu blog, será un honor. No tengo más tatuajes. Desde que te leí me capturaron las formas de éste y quise dedicarle mi piel por completo. Mucha gente me pregunta qué significa (empezando por el tatuador), yo sólo sonrío y respondo "no sé" mientras me digo a mí misma "deseo".
No se equivoca al pensar que uno de los significados de esta caligrafía puede ser "deseo" además del significado literal que es: "mujer". Porque en una caligrafía el significado también, y algunas veces sobre todo, está en su forma. Aquí está sin duda en el viaje de sus líneas, en la manera que tienen de de acoplarse y desenredarse, tocarse apenas o hacerse nudo.
Es un dibujo perfecto para el cuello: casi un collar secreto. Una guía de besos y caricias demoradas. Una prohibición de la prisa. Imagino al amante besando minuciosamente este cuello, siguiendo despacio las líneas de esta palabra poema, dibujándola de nuevo con su boca. Haciéndolo de nuevo con la punta de la lengua, secando cada trazo con el calor de su aliento.
Ana Laura concluye y promete: "Me encanta la idea de contarte más, para ti o para que lo pongas con la foto, tú decide. Estoy viajando ahora pero prometo enviarlo pronto. Por ahora te adelanto que en mis mañanas tranquilas sigo recibiendo al sol en una de las orillas de mi cama."
Cuando lleguen las historias de Ana Laura las pondré aquí mismo como continuación o reescritura de esta nota. (Ya son muchas las notas de este blog a las que añado detalles. Es un blog reescrito.) Su última frase, sobre su costumbre de esperar al sol a la orilla de su cama, se refiere a un pasaje fundamental de Los jardines secretos de Mogador, en el que Jassiba se vuelve amante del sol al hacer el amor con el primer rayo de la mañana que toca su vientre, que llega poco a poco hasta sus labios vaginales.
Esa escena es producto de un testimonio que recibí de boca de una de las mujeres embarazadas que interrogué sobre su vida erótica durante ese periodo tan especial de su vida. Uno de los muchos testimonios que, además de sorprenderme, me sirvieron para escribir ese libro. "Masturbarse con el sol es una delicia. Pero se necesita ser hipersensible para lograrlo", me escribió la mujer que me contó su experiencia solar y me pidió que no revelara su nombre.
Ese segundo capítulo de Los jardines secretos de Mogador, "Jassiba jardinera obsesiva", es contado por Aziz, el amante sorprendido que difícilmente comprende todo lo que sucede en Jassiba:
"Aquella mañana tuve finalmente que aceptarlo. Se había apoderado de Jassiba una extraña obsesión por los jardines.
Comenzó como cualquier otra manía: con una mirada extraña, indescifrable. ¿Qué veía Jassiba en todo con esa nueva fijeza? Al principio no le di mucha importancia.
Luego parecía dejarse hipnotizar por ciertas flores como si mirara al mar o al fuego. En todos los rincones de la ciudad y hasta en las calles quería sembrar árboles. No sólo quería entrar en el patio interior de todas las casas de Mogador donde hubiera el menor indicio de una planta sino que, además, comenzó a mirarnos a todos y a todo como si fuéramos parte de algún jardín en movimiento.
Según ella, sus amistades se marchitaban o florecían, algunas se plagaban. Había también personas que eran flores de un día. Injertos, abonos y podas eran algunas de sus palabras favoritas para describir todo lo que hacía y por qué lo hacía. Para ella el mundo entero se convirtió de pronto en la transcripción de un gran jardín, el jardín que contiene a todos los jardines.
Un día la sorprendí sentada cerca de su ventana, ofreciendo su piel al primer sol del día. Los pies primero, luego las piernas, y más tarde la madeja de su pubis que ella miraba como si fuera un arbusto, un bosque, un sembradío. “Mis plantas se alegran”, me dijo sonriente, sin retirar la vista del mechón de vellos alborotados sobre su vientre. Una nueva línea obscura parecía crecer delicadamente hacia su ombligo. Era feliz y estaba llena de paz, como alguien contemplando uno de esos paisajes que llenan el horizonte.
Pero comencé de verdad a preocuparme el día que ella despertó emocionada gritando: "Ya llegó el gran jardinero", justo cuando iba saliendo el sol. Abrió la cortina hasta que se iluminó un filón de su cama y se desnudó para ofrecerse al primer rayo de calor de la mañana. Extendió sus piernas muy lentamente, luego fue separándolas con emoción y, sin tocarse, muy despacio, columpiando su respiración y su pubis al filo tenaz de la luz, hizo el amor con el sol.
Yo la miraba en silencio, asustado y fascinado al mismo tiempo, lleno de escalofríos, celoso de los dedos afilados del sol. No me atreví a tocarla o siquiera a interrumpirla. Sentí que mis manos estaban, sin remedio, muy frías. Después de haber recuperado el aliento pero aún respirando profundamente, Jassiba se acercó despacio, me acarició la mejilla, me dio un beso y me dijo al oído, con voz lenta y grave, que su felicidad era enorme, que había estado en el paraíso, en el jardín de los dedos del sol. Me quedé mudo, atado a mi sorpresa. "

32 comentarios:

Unknown dijo...

y de los hombres que tenemos una caligrafía del maestro Massoudy tatuada en el cuerpo?

http://albertoruysanchez.blogspot.com dijo...

Hasta ahora ningún hombre me ha enviado su foto caligráfica. Mándame la tuya por favor. Massoudy se pondrá más contento.

Anónimo dijo...

There's so much soothing heat in this encounter, so much epidermis, so much sunrise.... Gracias Ana, gracias relator! Carlos V.S.

Anónimo dijo...

UFF que bien que publicas el extracto de tu libro sobre Yourcenar. Es una frase de tu libro que me cayó como centella, una "obviedad" pero a nuestros puntos ciegos. Tomar conciencia de algo así es incendiario, ¿quienes tantos nos mirarán, quienes tantos nos tomarán sin permiso cada día...? Carlos V.S.

MRL dijo...

¿Te has puesto a pensar que todas esas mujeres llevan los tatuajes de Hassan Massoudy como una marca que expresa cuán profundamente las han tocado tus palabras?
Toda una hazaña, ¿eh?
¿Escribirás un día la historia del hombre que acarició mujeres con palabras a la distancia,de manera que sembró tatuajes en ellas?

Rap de café dijo...

Señoron beuna stardes, he leido algunos de tus libros y me pareces un muy buen escritor, me encantaria, que en tus multiples quehaceres, te dieras un respiro d eun minuto para leer algo mio, me encantaria reitero, con todo mirespeto, un saludo y mis felicitaciones por tu talento, y mas qe nada por aplicar tu talento y no desaparecer bajo el yugo del mundo industrializado.

RICARDO PEREZ`PEREZ dijo...

PARA MI EN UNA NOVEDAD LOS TEMAS QUE ESTOY LEYENDO, Y ME PARECE EXTRAORDINARIO, SEGUIRE HUAMEANDO A EFECTOS DE DELEITARME CON SUS VALIOSAS OBRAS BENIGNAS QUE UD. PROPALA.
SALUDOS. RPP

Guillermo dijo...

Necesito releer los textos de Mogador y volver a SENTIRLOS.

Ana María - Penélope dijo...

Un saludo de parte de la luna para alguien que sabe contar la vida y la pinta con los colores de la imaginación y los sueños.
Reciba flores de frangipan para que adorne la cabeza de Margarita.
Que las diosas conserven su unidad y que permitan que siga contándonos y mostrándonos las cabras donde solo vemos troncos resecos.
Gracias por su visita a Cali-

Analucinada

Ana Maria Gomez dijo...

Me gusto mucho oirlo en Cali
El Festival El Malpensante fue muy generoso al traerlo aquí.
Por correo electronico le envio un saludo y algunas fotografias.
Gracias
Ana María

Éric Marváz dijo...

Maestro:

Le envié un mail, admirándolo mucho, ojalá pueda verlo en su dirección de yahoo.

Sería un placer contar con su fina ayuda.

Un abrazo.

Marváz.

Éric Marváz dijo...

Señor:

Espero no te moleste que haya enlazado tu blog en los que manejo.

Un abrazo.

Marváz.

Luis Felipe Comendador dijo...

Un verdadero placer encontrarte... me gustaría contactar contigo... quizás haga gira literaria por México en noviembre.

Mi mail: felipe@lfediciones.com

Un saludo.

Mágica dijo...

Apasionada de la lectura, de la luna, del sentir y el vivir, de la creatividad, la imaginación, las emociones,...De eso hay mucho por aqui!
Me ha encantado encontrarte, te seguiré leyendo.

Abrazos..

Irena de O dijo...

Te encontré hoy día, te leo mañana.
Bienvenido a mi humilde( quiero creer que soy humilde)mundo y espero que quieras quedarte, por que yo; si! quiero que te quedes.
buena noche

Guillermo dijo...

Sigo recomendando tus libros a mis pacientes. Creo que hay enfermedades que se curan mejor oyéndote en tus libros, con tu suave acento y tu entonación característica de buen narrador que ha sido antes buen "escuchador", que con nuestras terapias...

Guillermo dijo...

Me he tomado la libertad de hacer un blog basado en tus mensajes. Espero que te guste. Creo que la casta de los sonámbulos debe ser publicitada desde cualquier lugar. Un abrazo
Guillermo.
http://lavidasonambula.blogspot.com/

Unknown dijo...

Hii

http://templatelogger.blogspot.com/

Leo Lobos dijo...

mis saludos desde Santiago de CHILE

un abrazo

Leo Lobos

Ana María - Penélope dijo...

Ahora que ya estás blindado con el respeto y el respaldo que te brindan las personas que leemos tus textos, esperamos una crónica donde narres todas las situaciones que ocurrieron con tu blog
Besos
Ana María

Anónimo dijo...

Hola:

Hemos visitado su página y pensamos que podría ser interesante intercambiar banners o enlaces con la nuestra.

Si está de acuerdo, puede visitarnos en Escritores Negros (http://escritoresnegros.blogspot.com) o ponerse en contacto con nosotros en escritoresnegros@gmail.com

Un saludo.

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nuevayores blogs dijo...

Asi es,la vida,muytematico este post,buen trabajo

C. M dijo...

me encanta tu blog!!
es genial!

Urlanda dijo...

Alberto, hola. Voy descubriendo este blog, y me encanta la manera delicada en que derramas erotismo y cultura con tus letras.

Un saludo.

Fudgie dijo...

Great stuff.
Love the artistic images

Anónimo dijo...

Hola, maravilloso caballero de las letras. Quiero contarte que he amo al ser que me recomendó leer La mano de Fuego. Lo amo, nos vemos hace dos años, en algún laberinto oculto. Lo que nos unió fue el deseo de conocer Mogador. Desde entonces soy el barro que moldea y que coce en el fuego y lo enfría como le enseñazte. Tenemos una historia, digna de una novela, podemos vernos a la distancia y sentirnos y olernos. Compartimos muy poco tiempo juntos, el necesario para reafirmar que nuestra piel se extiende y nos envuelve. Que poderoso es el deseo. Nos une muchas cosas pero el deseo es el que hace que volvamos una y otra y otra vez a pesar del peligro. El es Ojos color del tiempo y yo Ojos oceánicos. No tenemos tatuajes pero como amamos el sol tenemos lunares que cuentan nuestra historia. Nadie como tú para entender que lo nuestro traspasa lo convencional. No es un romance que se desvanece en el aire, es un tatuame en el alma.

Anónimo dijo...

Recupero tu voz. Siento que hace mucho tiempo que te leí... aunque no han de ser más de un par de años. Leerte refresca mi impulso de escribir. Tengo un blog, minúsculo y críptico, que gozaría con tu viaje en él. saudosidades.blogspot.com
Respecto a esta entrada: què juego tan evidentemente alucinante entre lo fugaz y lo eterno se activa en el tatuaje. Me encanta, pero le temo al dolor: al fìsico -que es lo de menos- y al emocional, que podría desprenderse de la existencia de un tatuaje en mí.
Te mando un abrazo, querido escritor.
Atte. Rocío.

www.nuevayoresblogs.com dijo...

Muy erotico,,muy bien

Sandy dijo...

Nice article mate. Thanks for sharing and continue your good work with such postings

Mar Joya dijo...

Alberto! No tenía idea de que eran varias las mujeres que se tatuaban estas caligrafías, aunque sí lo supuse cuando pensé en hacerlo. Y lo hice porque más que figuras bellas son expresiones absolutamente estéticas y hermosas de esos valores que más que en el cuerpo se llevan en el alma. Como la libertad.

Un abrazo con alegría.

Marcela Joya.

C. dijo...

Qué curioso, di justo en tu blog buscando caligrafías de Hassan porque desde que leí Los nombres del aire no se me quita de la mente tatuarme "Una inmensa ternura" y buscaba para estar segura de que la caligrafía sería la que haga mía.
Gracias por tus letras.

lestat546 dijo...

erotismo en cada letra, saludos desde tarrazu