Entre otros cambios


Regreso de un viaje largo en la India. Respondo a los comentarios que tuvo mi nota anterior agradeciendo el interés en mis libros. Una lectora se declara "sonámbula del deseo", como mis personajes. Y le doy las gracias por leer con todos los sentidos porque esa es una característica de Los sonámbulos. Un lector me pregunta cuándo saldrá la siguiente novela, que tiene ansias por leerla. Me alegra su entusiasmo y lo agradezco. Pero debo confesarle que una vez más retraso la entrega definitiva a mi editor porque quiero experimentar algunos cambios que tal vez la harán mejor. Tengo el deseo de cambiar el punto de vista del narrador de la primera parte de la novela y en vez de que sea un amigo enamorado de la misma mujer que el protagonista me estoy convenciendo de que la historia sea contada por ella. Su amante de toda la vida. Ambos tuvieron varias esposas y esposos, pero sólo un/una amante. Se fueron fieles en su infidelidad.
Hacerlo dedsde el punto de vista de ella implica muchos riesgos y mucha cautela. Y que tendré que recurrir de nuevo enormemente a la opinión de muchas mujeres sobre muchos aspectos de la historia. Como diría Anais Nin, puede ser un relato "A favor del hombre sensible" (In favor of the sensitive man), visto como débil por tantos escritores y lectores masculinos. Algo de lo que con frecuencia he sido testigo. Durante el viaje arranqué la descripción en esos términos y creo que puede ser muy importante para el desarrollo y la posición narrativa del libro. La segunda parte está contada en primera persona y es la voz del protagonista, el erotómano involuntario aclarando, o más bien estableciendo su nada clara y sí muy paradójica posición. El hombre sin mano que sin embargo llega a tocar con ella.